La industria de la moda: una indefinida contienda contra la moralidad
- leclatblog
- 23 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 jun 2020

Texto: L'éclat. Imagen: L'éclat.
No os sorprenderá saber que la industria de la moda es uno de los pilares fundamentales de la economía de nuestro país, y de la mayoría de países del mundo. Tal y como afirma el Informe Económico de la Moda en España 2019, las empresas del sector generan un 2,8% del PIB nacional y contribuyen en un 4,1% al mercado laboral. Estos datos son una simple muestra de la magnitud y relevancia de la industria textil en nuestros país.
A lo largo de la historia, la moda ha sido una pieza clave en la modernización económica y social de los Estados. No obstante, conviene saber que, a pesar de sus grandes virtudes, se trata de la segunda industria más contaminante del mundo, por detrás de la alimenticia. Compramos más de 80 mil millones de prendas nuevas cada año, cuya fabricación se lleva a cabo mediante el uso de químicos tóxicos y grandes cantidades de agua. Llegados a este punto, resulta relevante realizar una autocrítica introspectiva con miras a alcanzar soluciones en las que comprar menos pero mejor puede tratarse del primer paso.
En los últimos años, el sector de la moda se ha ido desarrollando y adaptándose a los cambios del entorno y de los consumidores. Como consecuencia de ello, ha nacido el “low-cost”, como su nombre indica, moda de “bajo precio”, lo cual resulta contradictorio, pues ha terminado generando un coste mayor en nuestro planeta. Hoy en día, se fabrica más ropa, se consume más ropa, se utiliza una mayor cantidad de recursos y a pesar de ello, pagamos menos que en cualquier otra época.
Pero a pesar de todo, siempre ha habido excepciones. En contraposición del “low-cost”, cada vez es mayor el número de personas que está cambiando sus hábitos de consumo. Con el sustento de movimientos sociales como el ecologismo o veganismo, la compra de productos éticos y respetuosos con el medioambiente está en aumento. De esta forma, han surgido nuevas formas de consumir moda, como lo es la “moda vegana”, todas ellas encaminadas a hacer de ésta industria algo sostenible. La acentuación del problema medioambiental es tal que incluso los propios fabricantes se han alarmado.
Nuestra forma de vestir es reflejo de nuestra alma y nuestra esencia. Elegimos cómo vestir para definirnos de alguna manera, para transmitir sentimientos y emociones; pero en ocasiones parece que olvidemos la parte más importancia: nuestro planeta. Es por ello que, en medio de esta nueva predilección por una moda sostenible, desde L´éclat queremos mostrar que opciones como donar, reciclar o incluso el “renting” de moda se convierten en las más pertinentes. Ante el problema mundial del “fast fashion”, un consumo selectivo y racional resulta el modelo más sostenible y es el futuro hacia el que debemos encaminarnos. En la conciencia de cada uno está el invertir en tejidos de calidad, pues a pesar de tener un coste mayor, resultan mucho más persistentes y duraderos en el tiempo. Invertir menos, pero invertir mejor, he ahí la cuestión. Abogar por un “slow fashion” para la posteridad.
Interesante artículo. Es evidente que esta anómala situación que estamos viviendo nos va a obligar a replantear muchos de nuestros hábitos, tanto sociales como de consumo.
Muy interesante , a seguir asi
Me ha parecido un editorial muy interesante y con aspectos de la moda desconocidos para mí y creo que para mucha gente. Ánimo y seguir enseñándonos.